Dragon Ball Super: Super Hero

Dragon Ball Super: Super Hero

Crítica de Dragon Ball Super: Super Hero

A vista de ordenador

Metidos de lleno en este ciclo de la saga iniciada en 1984, nos encontramos con la segunda de esta fase y la vigésimo primera de la serie. Asimismo, es la cuarta intervención de Akira Toriyama, el creador del manga, que ejerce como único guionista en esta ocasión, la primera ultimada íntegramente por animación CGI. Para los seguidores a ultranza de estos personajes situaremos en el tiempo esta presentación. Tiene lugar inmediatamente después de Dragon Ball Super: Broly (2018). La dirección ha corrido a cargo del debutante Tetsurô Kodama.

Es probable que aquellos que no estén familiarizados con Bola de Dragón se pierdan entre tanto personaje que, dicho sea de paso, están tratados por una profusión de colores muy superior a las anteriores. El hecho de que se haya dejado a la animación por CGI la totalidad de las imágenes ayuda a mejorar las perspectivas y a que los personajes muestren más muecas y que sus facciones sean más delicadas en la mayoría de estos pasos. No quita para que algunos gráficos, especialmente los vehículos en visión cenital, parezcan demasiado cuadriculados.

Satisfacción entre los seguidores

No cabe duda de que los fans se encontrarán felices con esta entrega porque compensa su visionado. Las batallas son nuevamente espectaculares, especialmente conforme la película avanza hacia el final y los duelos apenas tienen solución de continuidad y se refuerzan con el crecimiento de los personajes implicados. Por una parte, los androides Gamma 1 y Gamma 2, que se autoproclaman súper héroes; y, por otra, Gohan y Piccolo. Comienza cuando Vegeta quiere recuperar el Ejército Red Ribbon -Patrulla Roja-, destruido por Goku tiempo atrás.

El nieto de su creador, el Dr. Hedo, ha desarrollado las investigaciones de su padre y de su abuelo, lo que pone los dientes largos a Vegeta, que solo piensa en la venganza. El largometraje cede el protagonismo a Piccolo y Gohan en su relación maestro/discípulo. Aunque Goku se ha preocupado siempre por ser el mejor y más poderoso guerrero intergaláctico, ya teníamos las sensaciones anteriormente de que su hijo podría superarle por mucho que estuviera más atento a perfeccionar su intelecto. Ahora se constata.

Ha de entrar en acción porque su hija Pan ha sido secuestrada para atraerlo. Todo su potencial y el de su mentor se pondrá de manifiesto ante la denominada arma definitiva del mal. Como novedad importante, el film asume parones en la acción. Lo agradecen los menos adictos a la saga, pero no evita que se llegue a una apoteosis donde los adversarios sacan a relucir sus mejores armas y su conexión en combate. Cualquier espectador se rendirá ante esas imágenes mientras que los más tradicionales sentirán la nostalgia de aquella onda vital, que siempre fue llamada Kame Hame Ha.

Valoración de Dragon Ball Super: Super Hero