El padre de la novia

PELICULA22

Crítica de El padre de la novia

El presente se desmorona

Nos encontramos con la tercera versión cinematográfica de la novela de Edward Streeter. La primera data de 1950 y tenía a Spencer Tracy y Liz Taylor como protagonistas. Fue candidata a tres Oscar. En 1991 le tocó el turno a Steve Martin junto a Kimberly Williams-Paisley, desapercibida desde entonces. El turno ahora es para una producción de HBO Max que traslada la acción al mundo latino y adecúa la historia a la época actual.

La mayor novedad reside en que el matrimonio entre Billy Herrera -Andy García- e Ingrid -Gloria Estefan- está a punto de saltar por los aires. La llegada de su hija mayor, Sofía -Adria Arjona-, junto a la presencia de su hermana Cora -Isabela Merced- será el momento oportuno para anunciar la ruptura. Sin embargo, durante la cena es la propia primogénita quien sorprende a su familia al comunicar que se va a casar con un compañero abogado y se irán a vivir a México para colaborar con una organización sin ánimo de lucro.

La boda y la familia

Para Billy, hecho a sí mismo, que llegó de joven a Miami con lo puesto hasta convertirse en un acreditado arquitecto, los reveses se multiplican. Los costes del enlace y el futuro económico de la pareja le preocupan, pero también el hecho de que los jóvenes no quieran una boda católica y pretendan reunir únicamente a medio centenar de invitados en un escenario nada convencional. El presente se desmorona y, además de mantener el equilibrio con el resto de la familia, deberá lidiar con una planificadora de bodas -Cloe Fineman- muy transgresora.

El guion de Matt Lopez consigue darle una vuelta de tuerca al original y alcanza momentos muy interesantes bien respaldados por la dirección de Gay Alazraki, que aporta lo suficiente como para no estropear el conjunto. Se evitan algunas acciones de los dos filmes anteriores, que en algunos casos se agradecen, como la caída de Steve Martin en la piscina de su futuro consuegro. El hecho de que se enfrente a dos familias hispanas de muy diferentes tradiciones aporta savia nueva.

México vs Miami

El novio, Adam Castillo -Diego Boneta-, hace lo posible por integrarse, pero los suyos también muestras sus peculiaridades. Hernán -Pedro Damián-, es el propietario de una de las dos grandes compañías cerveceras mexicanas. Se presenta con su nueva esposa, a quien le dobla la edad y su hijo recién nacido. También aparece su ex esposa, acompañada de su amante. Más adelante, surgen las disputas: mariachis o salsa, cigarros puros mexicanos o cubanos… y a todo esto, mi casa es más grande que la tuya.

La comedia es complaciente, y tiene su mérito hasta que se llega a una parte final muy estirada e incluso redundante. Nos hubiera gustado que Cora, aspirante a diseñadora, hubiese tenido más profundidad y, a cambio, que no se tratase de justificar lo evidente para mayor loa del happy end. Los escenarios entroncan con el clasicismo de la alta comedia norteamericana y las actuaciones son convincentes, siendo Andy García quien soporta el mayor peso de la función.

Valoración de El padre de la novia